CAPITULO 45. ¡EUREKA, EUREKA!

Tomás, que solo había tomado un trozo de bizcocho, porque con el estómago lleno es más difícil pensar, exclamó : ¡¡¡“Eureka, Eureka!!! 

¿Eureka?, ¿Eso qué es? preguntó Juan Enrique.

Si, Juan, sí, le respondió Tomás. Es una expresión que significa, ¡Bien!, ¡Bravo! ¡Great! ¡Lo he descubierto! y se atribuye a Arquímedes,  tras descubrir que el volumen de agua ascendido era igual al volumen del cuerpo sumergido. Y eso digo yo: ¡Eureka, lo he descubierto!

Tomás se dirigió a la pizarra escribió la palabra LETAMAENAL y como si fuera un juego de magia ordeno las letras de varias maneras. Observad, compañeros, observad: si las cambiamos de lugar se puede leer: ENLAMALETA

Y si esta palabrita la convertimos en tres, nos queda: EN LA MALETA. Nada de inglés, una palabra cifrada. Es muy posible por tanto que el tesoro de la Trinidad esté en la maleta viajera.

Sus compañeros se quedaron helados y con la boca abierta... 

¿Quién tiene la maleta viajera esta semana? , preguntó Mari Cruz. 

Yo, respondió Jose María Soriano, pero os aseguro que ayer la abrí , estuvimos leyendo “Carlota no quiere peinarse” y no tenía nada especial.

Creo que debemos examinarla entre todos, dijo Rosa. Aquí hay gato encerrado. ¿A que hora podemos ir a tu casa José María?

- A las dos cuando salgamos, para no armar demasiado ruido, llamaremos a Pedro y Elena como capitanes y que nos acompañen.

- Vale, dijo Mari Cruz, iremos a tu casa con la excusa de comer esos macarrones con tomate tan buenos que hace tu madre y aprovecharemos para examinar la maleta viajera como es debido.

             Continuará

En google: eltesorodelatrinidad

CAPÍTULO 44 . COMIENDO BIZCOCHO LES DIERON LAS OCHO.

Rosa y José María Soriano,  exploraban los bajos de las mesas y sillas por si había monedas pegadas ya que hace unos días en un cumpleaños en “La bolera”, vieron como un niño un poco marranete  se sacó un chicle de la boca y lo pegó debajo de la mesa. A lo mejor los ladrones actuaron igual.

Juan Enrique, Mari Cruz y Manuel Moreno Moreno buscaban en la cocina. Había un gran microondas y unos frigoríficos enormes. Olía bien, olor a pastelería.  

Juan Enrique, acostumbrado a observar a sus perros de caza, especialmente a Picachu y a Rosa Mari,  siguió el rastro del olor, abrió uno de los frigoríficos y descubrió una fantástico  bizcocho de chocolate, muy parecido al que llevo Alberto Soriano a clase el día de su séptimo cumpleaños.

Manuel Moreno Moreno dijo que ese podía ser un buen sitio para esconder las monedas y que con un cuchillo podían hacer unas catas y comprobar si estaban allí. Al mismo tiempo que hacían las catas probaron un trocito, y después, otro y otro… Aquel bizcocho estaba riquísimo.

Tomás no dejaba de pensar en la extraña palabrita "Letamanela" y escamado por el poco ruido que había en la cocina, entró y los vio comiendo como desesperados. ¿Pero qué hacéis, insensatos?

Juan Enrique con la boca llena  le dijo que no renegara y  que  lo catara. Tomás llamó a Rosa y a José María para que también probaran el bizcocho. 

Como por arte de magia el bizcocho desapareció. Claro, dijo Mari Cruz, ahora entiendo el dicho ese de que “ dura menos que un bizcocho en la puerta de un colegio” jajajaja.

Tras un buen rato comiendo bizcocho, les dieron las ocho. A José María le dolía la barriga y eso que solo se había comido tres trozos, así que Manuel Moreno Moreno que se había comido seis, estaría hinchado, ¿Verdad Manuel? ¿Verdad Manuel?

Manuel Moreno Moreno no respondía, estaba dormido felizmente en un rincón de la cocina con las manos en la barriga. 

                     Continuará

 

CAPÍTULO 43.- ÚLTIMO INTENTO.

Como todas las vacaciones, las vacaciones de Semana Santa, entre  procesiones, túnicas, olor a incienso y puritos americanos, también pasaron. Todo pasa ( Y todo queda, cómo dice el poema de Antonio Machado -1- )   lo bueno y lo malo, las vacaciones, y las vacunaciones...

El primer lunes de clase por la tarde los alumnos de 1º C se reunieron en el “Paseo mercao”, no era un parque exactamente, pero era amplio, muy bonito y se podía jugar perfectamente a un lado y a otro de la estatua de San Juan de la Cruz -2-.

Los capitanes Pedro y Elena decidieron enviar al único espacio pendiente de exploración, el comedor escolar,  a seis voluntarios: José María Soriano, Mari Cruz, Tomás, Manuel Moreno Moreno, Juan Enrique y Rosa.

Entraron a buscar las monedas a las 5 de la tarde una vez que ya estaba todo listo y recogido.

Se dividieron en dos grupos, José María Soriano, Tomas y Rosa buscarían en el comedor y Juan Enrique, Mari Cruz y Manuel moreno  Moreno  lo harían en la cocina.

Tomás andurreaba por el comedor y observaba los cuadros , había uno muy llamativo con una palabra sin sentido escrita con letras doradas LETAMAENAL. Debía ser alguna frase en inglés, como era un colegio bilingüe, le preguntarían a la teacher. 

Continuará

ACTIVIDADES.

Para comentar en casa. 

- Antonio Machado Ruiz  fue un poeta muy importante que nació en Sevilla. Durante siete años estuvo trabajando en Baeza como profesor de francés. Algunas veces hacía excursiones a pie y en solitario hasta Úbeda. 

- San Juan de la Cruz, se llamaba Juan de Yepes Álvarez. Nació en Fontíveros un pueblo de Ávila y murío en Úbeda.  Además de fraile fue poeta místico y junto a Santa Teresa de Jesús, fundó la orden de los Carmelitas Descalzos.