- ¡"Chis", "chis", "chis", chicos, chicos!Prestad atención. Aquí, aquí, a la derecha y a vuestra espalda.
- ¿Escuchas, amigo Pablo? ¿Escuchas lo mismo
que yo? Claro, Tomás, no soy sordo. Ese sonido, onomatopeya del silencio, sale del
portón que comunica el patio del colegio con la iglesia.
"El tío sentao" está en el almacén de material “ No se lo digáis a nadie”
"El tío sentao" está en el almacén de material “ No se lo digáis a nadie”
- Oiga, ¿Cómo dice? ¿quién es usted? - Pregunta Tomás.
-Lo siento niños, no puedo hablar más. Mis
20 minutos de desayuno ya han pasado, las clientas me esperan, no soy tan
afortunado como vosotros que tenéis media hora de recreo. Ojalá tuviera vuestra
edad. Me tengo que ir, pero estoy al tanto de todo. No lo olvidéis. Bay, Bay.







